8 de agosto de 2018

CALENTANDO MOTORES EN LA JIENENSE LOCALIDAD DE NAVAS DE SAN JUAN

      Navas de San Juan (Jaén). Corrida de toros con motivo de la Feria del Emigrante. Toros de Hnos. Collado Ruiz (1º, 3º y 5º) y El Cotillo (2º, 4º, 6º). Curro Díaz, oreja y dos orejas; Juan Ortega, ovación con saludos y dos orejas; Álvaro Lorenzo, dos orejas y palmas. Entrada: Más media plaza.


      El próximo 15 de agosto es un día importantísimo para la carrera profesional de Juan Ortega. Las Ventas de Madrid puede hacer realidad los sueños de cualquier torero que aspira a llegar a lo más alto de esta hermosa profesión y que mejor sitio para calentar motores que torear una corrida de toros en una plaza con tanta solera como la de Navas de San Juan (Jaén), reinagurada recientemente por el Maestro Enrique Ponce y en la que Juan Ortega ha cuajado faenas importantes en actuaciones anteriores, tanto de novillero como de matador.

      Por ello, la corrida anunciada el 5 de agosto estaba cargada de ilusión. Juan estaba acartelado con dos toreros importantes: el veterano Curro Díaz y el joven torero castellano Alvaro Lorenzo, con toros de la ganadería local de Hermanos Collado y  El Cotillo. A las 7,30 de la tarde, con un calor sofocante y el tendido de sombra repleto de público, se abrió el portón  de cuadrillas, recibiendo a la terna con una sonora ovación, síntoma de la buena acogida que el cartel había tenido entre los aficionados. No faltaron en el tendido los fieles seguidores del torero, llegados de distintos lugares de nuestra geografía, deseosos de verlo torear y comprobar la preparación con la que acudirá a su cita de Madrid.




         Con la salida del segundo toro de la tarde, primero del lote de Juan Ortega, marcado con el número 12 sobre sus costillares, de capa castaña, empieza a cundir la preocupación y la incertidumbre por las dificultades que se adivinaban en su comportamiento. Feo de hechuras y a rebosar de malas intenciones. Resultó ser el garbanzo negro de la corrida. Tomaba el capote a regañadientes, echando las manos por delante y soltando gañafazos por doquier. Imposible lancearlo a la verónica. Juan, no obstante, quiso responder con suavidad a la brusquedad del animal. Le dejó el capote en la cara, jugando las manos acompasadamente y llevándolo hacia los medios para ejecutar una media preciosa. El toro no se dejó picar, lo que vino a acrecentar las dificultades en la muleta. Inició la faena por abajo, como requería el comportamiento del animal. Por el pitón izquierdo se le vino un par de veces al pecho. Juan no se amilanó y se puso de verdad por el lado derecho, aguantando la  incertidumbre de las embestidas, ofreciéndole la muleta sin trampa ni cartón. No podía haber ligazón pero sí consiguió pases meritorios. 



         Cuando el animal se sintió podido, se fue al refugio de las tablas. Es aquí donde Juan le propinó más de media estocada, a toro parado, suficiente para que le dejara descabellar, atronándolo al segundo intento con un certero golpe de descabello. El público, con sus insistentes aplausos le hizo salir al tercio para recibir una cariñosa ovación.





     Cuando salió su segundo toro, quinto de la corrida, Juan iba en desventaja respecto a sus compañeros. Los dos habían tocado pelo y tenían asegurada la puerta grande. Juan tenía que hacer un gran esfuerzo, fuese como fuese el toro, había que cortarle las orejas. Estaba en el callejón loco por ponerse delante.



        Apareció por la puerta de chiqueros un toro negro, marcado con el número 2. Más voluminoso pero de  mejores hechuras que el anterior. Sacó nobleza y se dejó lancear ganando terreno hacia las afueras, donde Juan remató con una media muy torera. Brindó la faena al público. 



          Inició la faena de muleta con unos bellos ayudados por alto llevándose el toro a los medios. No tenía raza para seguir la franela hasta el final, por eso Juan le planteó la faena sin apreturas al principio, dejándole hueco entre muletazo y muletazo, corriéndole la mano a media altura para que el animal se fuera confiando y desarrollando más celo en su embestida. De esta manera, consiguió enjaretarle dos tandas de naturales y otra con la mano derecha de excelente trazo y mano baja, rematados con pases de pecho de la firma, alguno de cartel de toros. Supieron a gloria, lo mismo que los molinetes y trincherazos intercalados al son de  las notas toreras del pasodoble “Tercio de Quites”.



       Juan terminó la faena en cercanías, dejándose llegar los pitones muy cerquita del cuerpo, con pases cambiados por la espalda que llegaron con intensidad al tendido. 



         Como colofón de faena y con el público entregado, ejecutó unas “bernardinas” sin la espada que resultaron limpias y muy ajustadas. El público había entrado en la faena. Cuando el matador se perfila para entrar a matar, el público guarda un silencio expectante que se torna en alborozo cuando la espada entra certera en el cuerpo del animal. Los tendidos se llenan de pañuelos pidiendo las dos orejas para el matador, trofeos que la Presidenta concede y que Juan pasea en una triunfal vuelta al ruedo.  




           Buen final de una corrida que había despertado el máximo interés entre los aficionados, con salida a hombros de los tres espadas por la Puerta Grande.



         Sin duda, los motores de la ilusión y entrega de nuestro torero están a tope para la cita del día 5 en Madrid. Los seguidores allí estaremos para arropar y disfrutar del buen toreo de Juan Ortega.






APLAUSOS
DeCatafalcoYOro

2 de agosto de 2018

SEÑALA OTRA FECHA EN EL CALENDARIO...31 AGOSTO...SACEDÓN

El viernes 31 de agosto Juan Ortega lidiará una corrida de Paco Sorando en Sacedón (Guadalajara). Comparte cartel con los matadores Sánchez Vara y Filiberto.

¡Suerte toreros!


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